Comunicación transformadora y jóvenes, con una perspectiva interseccional

Las habilidades de la comunicación transformadora (CT) pueden empoderar profundamente a las personas jóvenes, especialmente aquellas que viven con exposición a una o más discriminaciones. En Lighthouse usamos la CT desde una perspectiva interseccional incluyendo el análisis y la conciencia de varias posibles discriminaciones y su intersección. Al integrar la CT con una comprensión de las inequidades estructurales que afectan a individuos y a las comunidades que sufren marginalización u opresión, la CT se convierte en una herramienta no solo para el empoderamiento personal, sino también para la transformación social.

Estas son las formas en las que el aprendizaje y práctica de la comunicación transformadora (CT) puede ayudar a personas jóvenes:

La CT fomenta la conciencia emocional y la autoexpresión.

Ayuda a las personas jóvenes a identificar y expresar sus emociones y necesidades de manera constructiva, promoviendo una mayor conciencia emocional y empoderamiento.

Para las personas jóvenes (especialmente aquellas que pertenecen a comunidades que están expuestas a discriminación racial, de género o cultural), la CT puede proporcionar un espacio seguro para explorar y articular sus sentimientos. Es una oportunidad para aquellas personas jóvenes que hasta ahora no han podido expresarse abiertamente por el contexto o experiencias vitales.

La CT promueve la autocompasión y la autoempatía.

La autocompasión es un elemento clave de la CT, que ayuda a tratarse a una misma con amabilidad, cuidado y comprensión en momentos de sufrimiento o dificultad. Nos ayuda a  reconocer el sufrimiento personal sin juzgarse a una misma. Hay herramientas para ofrecerse a una misma apoyo emocional como el que en otras ocasiones ofrecemos a otras personas de nuestro entorno. Esto puede ayudar a las personas a reconocer y nombrar los propios errores sin entrar en la autocrítica destructiva.

La autoempatía nos permite comprender y sentir en su plenitud las emociones del momento sin juzgarnos, sin intentar frenarlas ni cambiarlas al momento. Está relacionada con la capacidad de estar presente, de vivir de forma abierta y honesta aquella emoción y conectarse en profundidad con nuestro interior. Esto puede ser clave para el proceso de comunicación auténtica.

La autocompasión intenta aportar con el cuidado de una misma, y la autoempatía intenta entender y tomar conciencia de lo que nos ocurre. Ambas, a veces difíciles de separar durante la práctica de la CT, son imprescindibles para una comunicación consciente y respetuosa, también con nosotras mismas. También son las que permiten dibujar límites que nos protejan mientras nutrimos nuestra resiliencia durante y después de un conflicto o situación de violencia sistémica.

La CT promueve el empoderamiento personal, el colectivo y la agencia.

Puede ayudar a las personas jóvenes a entender y asumir la responsabilidad de sus sentimientos, acciones y necesidades, empoderándolas a la vez. Muchas personas jóvenes, a menudo se sienten impotentes en la sociedad y pueden aprender a  reclamar su agencia, comunicando su visión del mundo de una solución concreta para un problema, sus necesidades y deseos , a la vez que tienen en cuenta a otras personas.

Para aquellas personas que sufren violencia interpersonal y/o sistémica, el empoderamiento va más allá del crecimiento personal: es una herramienta para derribar las jerarquías sociales. Al aprender a comunicar sus necesidades y afirmar sus derechos, las personas jóvenes que se enfrentan a una o varias discriminaciones pueden empezar a resistir los sistemas de poder que las oprimen.

Este empoderamiento es posible, entre otros, porque la CT proporciona las herramientas para entender y expresar las experiencias de injusticia, desigualdad y/o violencia desde su humanidad y no desde su victimización.

La CT fomenta la sanación y reparación

Muchas personas jóvenes que se enfrentan a una o varias discriminaciones sufren dolor o experimentan traumas relacionados con el racismo, el sexismo, la homofobia, la discriminación por edad u otras formas de opresión sistémica. La CT puede contribuir a sanar gracias a su enfoque compasivo para procesar y sanar estas experiencias. Identificar los sentimientos y las necesidades sin juzgarlas, poderles poner nombre y expresarlas, puede permitir comenzar a sanar el dolor emocional.

La CT no es una terapia ni un tratamiento médico. La CT no puede nunca substituir el crucial trabajo que realizan profesionales especializadas en trauma. La CT puede, en algunos casos, ser suficiente para fomentar un proceso sanador junto con otras acciones.

La CT fomenta la empatía y la conexión con otras personas.

Esto ocurre al promover tanto la autoempatía (comprensión de las propias necesidades y sentimientos) como la empatía hacia los demás. Esto es esencial para las personas jóvenes (de nuevo con más intensidad para aquellas expuestas a situaciones opresivas), que a menudo se sienten aisladas o deshumanizados debido a su género, raza o estatus social.

Además de fomentar la compasión hacia los demás, la CT permite que las personas jóvenes practiquen la empatía hacia sí mismas, lo cual es especialmente importante para aquellas que han experimentado traumas generacionales o relacionados con la raza o el género, entre otras.
Para las personas jóvenes de comunidades que enfrentan opresión interseccional, la empatía a través de la CT puede ayudar a cerrar brechas. Permite sentirse vistas y escuchadas en un mundo que a menudo excluye o margina sus propuestas y visiones, sus identidades y experiencias. También construye solidaridad entre jóvenes de diferentes contextos, creando un sentido de poder colectivo para desafiar la desigualdad.

La conexión que sigue a la empatía, en el caso de las personas jóvenes también se centra en otras generaciones. Reconectar con aquellas personas de otras edades de las que se sienten muy distantes puede ser empoderador y sanador a la vez.

La CT contribuye a reducir la violencia y cultivar la paz.

En las comunidades donde la violencia sistémica—tanto física como emocional—está presente, la CT ofrece una forma constructiva de abordar los conflictos y reducir la violencia. Muchas personas jóvenes experimentan violencia, ya sea institucional, en su unidad de convivencia, violencia de pareja íntima, en su grupo de referencia, entre otras. La CT les puede proporcionar herramientas para desencallar y desescalar los conflictos, sin dejar de lado sus necesidades y perspectivas.

La CT, además de promover una actitud, y una visión de como comunicar y ocupar nuestro espacio, también nos propone herramientas concretas para afrontar la violencia interpersonal y sistémica. Es una oportunidad para desafiar las normas sociales y las desigualdades estructurales sin perpetuar ciclos de daño o violencia, convirtiendo a la generación de jóvenes en quienes moldean un futuro justo y de paz a pequeña o incluso gran escala.

Fomenta una comunicación abierta, honesta y en seguridad, dejando juicios de valor, normatividad social, etc. un lado para avanzar.  La CT puede ayudar a crear ambientes inclusivos donde los jóvenes de todos los géneros y orígenes puedan compartir sus experiencias, desafiar narrativas opresivas y construir solidaridad comunitaria.

Las habilidades que la CT fomenta, cuando se practican e integran en el modo y estructura de comunicación, pueden contribuir también a más seguridad. Cuando una persona joven intenta expresar un descontento con una situación concreta ante personas que tienen más poder que ella – por ejemplo porque son parte de una institución educativa-, tener las habilidades para gestionar ese momento puede contribuir a crear un diálogo real sin perjuicio para ella.